Música

miércoles, 27 de abril de 2011

EL GESTICULADOR

No entiendo por qué mi padre ha insistido en venir aquí. El calor es sofocante y la distancia de la ciudad lo hace cada vez más insoportable. He perdido muchas cosas al llegar aquí, pero lo que más me duele es haber dejado mi corazón en la ciudad. Le volveré a escribir, espero que esta vez sí me conteste.
            La vida aquí es aburrida y estresante, ni la vida ni la muerte nos alcanzará aquí para hacer algo; en este pueblo no se puede hacer nada. Ojalá lo entendiera mi papá, he perdido la vista del hombre que quiero, sea como sea o como digan mis padres que es, lo quiero; en cambio aquí podré parecer bonita a pesar de todo. Soy fea.
            Esta última plática con mi padre me ha confortado un poco. Llegamos aquí para cambiar de aires, de vez en mes es bueno cambiar. Sí, lo sé, hace rato estaba maldiciendo nuestra llegada a este pueblo, pero mi padre me ha prometido que hará todo para que nos vaya bien aquí, en la tierra donde él nació. Sin embargo no puedo cambiar mi fealdad, lo peor  es que siento que todo esto es un espejo donde tengo que ver mi rostro, tan feo. 
            Sé que esto no es un diario, pero no sé dónde más pueda yo escribir lo que acaba de suceder, un señor ha venido a buscar a mi papá, dijo que era un viejo amigo de él pero le comenté que no estaba, que había salido, entonces se fue. Lo desagradable está en la forma como me vio, por qué me miró así, era un señor ya grande, ver como se peinaba el bigote me dio escalofrío. Se lo conté a mi madre, no me ha hecho mucho caso, en cambio me ha criticado por haberle escrito al hombre que quiero. Mi madre dice que eso no es de mujeres, yo le he dicho que no tengo otra cosa más que hacer, que a pesar de todas las promesas sigo pasándola mal. El calor sigue sofocándome, pero mi fealdad aún más.
            Las sorpresas no paran aquí en Allende, ahora es algo bueno después de todo;  me he enterado que mi padre fue un héroe revolucionario, ya sabía yo que aquella entrevista con el tal Bolton nos dejaría algo, además de dinero, ahora estamos a punto de salir del anonimato, con toda esta historia del pasado revolucionario de papá me ha vuelto la esperanza y la paciencia, gracias papá.
            Pero por qué nos vamos ahora que papá es famoso…
            Y estos señores de dónde salieron, por qué quieren que nos vayamos mi mamá y yo. Mi padre ha aceptado que nos quedemos con él y los políticos, dice que no tiene secretos con su familia y esto me hace sentir bien. Papá gobernador, entiéndelo mamá, por qué no, se lo merece después de todo, sabía que el destino le tenía algo guardado.
Vaya que esto es impresionante, tantos vivas y aplausos para mi papá. Espera, ese es el señor que vino a buscar a mi papá la otra vez, qué hace aquí; no importa, este espectáculo es increíble, todos adoran a papá.  
Papá es el candidato ideal para el pueblo, quién iba a pensar que tendría tanto éxito en su tierra natal, el cambio que me prometió mi papá es éste, ya no hay miseria en casa, aunque él se ha alejado un poco de nosotros y con su estrés mi mamá haya pensado que ya nos odia, yo sigo pensando que el cambio nos ha hecho bien a todos.
Este es el gran día, el plebiscito se llevará a cabo y todo apunta que papá le ganará a ese tal Navarro, que desde aquel encuentro que tuve con él me disgustó. Papá y Navarro están abajo, puedo oír sus voces hablar, pero qué hace Miguel escuchando esa conversación, le preguntaré en el camino al centro del pueblo.
Escuché ahora todo lo que Miguel y mi mamá han dicho, después de todo sigo pensando que papá nació para esto, que se lo merece y que debemos apoyarlo. Miguel es un cobarde, me ataca diciendo que mis palabras no tienen sentido por ser mujer, por ser fea. Lo reconozco, es la verdad; él tiene que buscar la verdad en sí mismo, no afuera. Parece que ha reaccionado, se ha demorado, iré yo en busca de papá que ya ha salido al encuentro con su destino, pero Miguel ha confesado que Navarro lo amenazó, ahora mi mamá teme por él, Miguel ve a buscar a papá yo me quedaré con mamá..
Mamá, entiéndelo, ya no es un sueño, ya no es una mentira, la realidad es que papá está donde debe estar, haciendo lo que debe hacer, tiene el poder y la gracia, es la luz de nuestras vidas, qué no lo ves, mamá. Sí, sé que tienes miedo, miedo de que deje de ser el hombre al que tú quieres, al que tú conociste. A propósito, quiero decirte que ya no quiero más a ese hombre que le escribía, ya no me completa su persona, buscaré alguien que sí lo haga. Que si papá ha cambiado, tal vez, pero yo me encargaré de vestirlo todos los días para que recuerde las manos ásperas de su hija cuando se vista de lana y de seda. Qué quieres, mamá, yo quiero que viva y tú, tú parece que prefieres a papá muerto, no te entiendo.
Lágrimas, tristeza, no hay más. Se acabó. Mamá no llores, ambas necesitamos un consuelo. Se rendirán honores en su memoria. Ya no importa si fue Navarro quien lo mató, no importa que no te devuelvan su cuerpo, César Rubio siempre fue del pueblo. Vamos mamá, vamos que él será mi belleza ahora, toma mi brazo, mamá.


22 septiembre 2010

No hay comentarios:

Publicar un comentario