tan gráciles formas has adquirido
que asemejas a angélico cupido
de ojos glaucos, de mirada hermosa.
Mi alma respira tu más pura esencia
¡Otea la vista, mujer! ¡oh, diosa!
¿Por qué me acercas tanto a la demencia?
Siempre altiva vas, mujer desdeñosa;
te recito estos versos -derruïdo-,
versos de diamante recién pulido,
diamante que quiebra ante alma rocosa...
¡Asmodeo arredrará tu existencia!
¡Advierte el porvenir, mujer odiosa:
l'Averno espera a quien amarte osa!
21 septiembre 2011
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