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jueves, 14 de marzo de 2013

MEXTLI IN TLALTÍCPAC (INACABADA)


A comienzos del año 1428, se terminó el dominio de los tepanecas y su Rey Maxtla sobre Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopan. Anteriormente, en el año 1424 México-Tenochtitlán había comenzado a servir al tirano de Azcapotzalco, Maxtla, pues Itzcóatl y los señores mexicas creían que podrían ser aniquilados si no se sometían de la mejor manera ante los tepanecas.
            Por primera vez en la historia de los mexicas, apareció el pensador y guerrero Tlacaélel, que convocó al pueblo mexica para afrontar a los de Azcapotzalco con honor, y sin cobardía, pues Tenochtitlán estaba destinada a ser una gran ciudad. Primero convenció a Itzcóatl, luego se unió Netzahualcóyotl y finalmente el señorío de Tlacopan formando así la Excan Tlahtoloyan o Triple Alianza, y a partir de este momento la historia del pueblo mexica cambiaría radicalmente.
            Poco tiempo después de la batalla contra los tepanecas, Itzcóatl, Tlacaélel y los principales señores mexicas se reunieron para promover una doble reforma, primero la concesión de títulos a los guerreros mexicas que habían destacado en la guerra contra los de Azcapotzalco, y también la repartición de tierras entre el rey, la nobleza, etc.
            Otro suceso importante fue la quema de códices tepanecas y mexicas, esta idea fue del guerrero y pensador Tlacaélel, quien ulteriormente mandó reescribir la historia del pueblo azteca, pero ahora los mexicas estaban emparentados con la nobleza tolteca, Huitzilopochtli estaba situado al mismo nivel que los dioses creadores de los diferentes soles, es decir con Tezcatlipoca y con Quetzalcóatl, y aparecía el espíritu místico-guerrero del “pueblo del Sol”.
            En esos tiempos, Cuacuauhtzin era el señor de Tepechpan, su padre había muerto joven y lo había dejado a cargo de su pueblo. Cuacuauhtzin fue un gran gobernante y guerrero, obtenía grandes cantidades de oro y piedras preciosas, majestuosos atavíos, y esclavos que llevaba a su palacio, pero también escribía, era poeta.
 Desde su infancia, alrededor del año 1420, estuvo alejado de su padre Tencoyotzin, que la mayoría del tiempo se encontraba en campañas militares. Entonces, muy joven ingresó al Calmécac, en el que aprendió a leer y escribir náhuatl, y donde estuvo hasta que tuvo la mínima edad para gobernar Tepechpan tras la muerte en batalla de su padre.
 Su prematura soledad y posteriores desventuras lo marcaron de por vida, porque a pesar de ser un gran guerrero, sus noches eran frías y turbias, no conseguía dormir ya que demasiada obscuridad lo aterraba y solamente la luz de Luna lo podía consolar, pero al pertenecer al “pueblo del Sol”, una sociedad guerrera, no podía mostrar su afección al astro de Cemanahuac, nuestro mundo, por lo que siempre estuvo oculto en su yollotl, corazón, y en un poema que escribió varios años después, que no fue incluido en el diálogo In xóchitl, in cuicatl, “flor y canto” en el año de 1490, hecho por los tlamatinime, sabios náhuatl, que buscaban la verdad de los hombres, del mundo y de los dioses, pero por no abordar ninguno de estos temas, fue excluido.
Por el año 1440, Cuacuauhtzin tenía aproximadamente 30 años, su gobierno en Tepechpan era sólido y congruente, pero él aún no era feliz, por eso vencía en las batallas, tanto era su odio hacia la vida que no tenía compasión de quien se aventuraba a  enfrentarlo y le daba una muerte violentísima. Él tenía a su alcance todos los placeres terrenales que cualquier macehual, campesino, desearía tener, sin embargo, no lo colmaban de alegría.
Su suerte cambió ese mismo año, cuando fastidiado  por todos los bienes que le hacían infeliz, decidió hacerle un gran regalo al señor mexica Temictzin, lo llenó de grandes cantidades de oro, joyas y esclavos. Como muestra de su gratitud, el infante Temictzin, le ofreció a su hija Azcalxochitzin, pero Cuacuauhtzin pensó que era muy joven para que se convirtiera en su esposa, así que ágilmente la aceptó y decidió cuidar de ella hasta que tuviera edad suficiente para llevar a cabo las bodas.
Desde entonces Cuacuauhtzin vivió su vida de una mejor manera, esperando el día en que pudiera estar casado con Azcalxochitzin y tener hijos para heredarles el poder sobre el pueblo de Tepechpan. Fueron años increíbles para éste mencionado poeta azteca, se dedicó a ganar batallas en nombre de su futura esposa y también fue un guerrero reconocido dentro del imperio del “pueblo del Sol”, ya había dejado a un lado el pesimismo que cargaba y se encomendaba ahora a la tarea de hacer feliz a Azcalxochitzin mientras ella alcanzaba una edad adecuada para casarse con él.
Un año antes, Itzcóatl, tlatoani del imperio mexica había conquistado Cuauhnáhuac, Cuernavaca, junto con Tlacaélel, el gran genio de los aztecas, quien en ese lugar hizo que levantaran varios templos para Tláloc y demás dioses, pero especialmente para Huitzilopochtli, a quien empezaron a dedicarle abundantes sacrificios humanos en esa región del imperio azteca. Itzcóatl murió en 1440 y lo sucedió Moctezuma I, pero Tlacaélel siguió con su idea y objetivo de hacer del pueblo azteca el mejor de todo el territorio mexicano, pues fue nombrado cihuacóatl, consejero, del mismo Moctezuma I y su influencia prevaleció alrededor de 50 años desde que Itzcóatl lo consultara, posteriormente Moctezuma I y finalmente Ahuízotl, notándose ampliamente su pensamiento y concepción del  “pueblo del Sol”, hijos de Huitzilopochtli.

20 mayo 2010

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