Seguramente alguien calificará este ensayo como
proteico debido a que no se puede interpretar fácilmente, pero poco importa. Lo
importante es lo siguiente: reflexionar sobre el papel que juega el Papa en la
religión cristiano-católica.
Además del
Papa, en la historia de la Iglesia cristiana existen otras figuras que de una u
otra manera lograron acendrar las ideas religiosas para que éstas perdurasen a
través de los siglos. Una de las figuras importantes es la del profeta, quien
desde tiempos remotos se encarga de presagiar el devenir de un pueblo, por
ejemplo, de una raza, del universo.
(La verdad
es que no sé de dónde viene la idea de que la poesía es el género profético,
pero estoy de acuerdo con ello, pues la visión de poeta debe ser la de un
profeta, al menos hasta el siglo XX.)
Durante la
Edad Media, la religión cristiana apenas comienza a formalizarse, por lo que es
un periodo incipiente donde se trata de interpretar las Sagradas Escrituras;
esto da pie a que se tengan opiniones diferentes sobre un mismo tema. Así
surgen las herejías y la figura del hereje.
(Hoy en
día, el sentido de heterodoxia –herejía– se entiende más como mentira, y la
mentira es una patraña, pues así se les llamaba también a los primeros
cuentos.)
De la
misma manera aparecen en esta época las famosas órdenes mendicantes que tratan
de reivindicar la religión; con este fin, combaten herejes y difunden los
dogmas religiosos –que es la labor por la que son más reconocidos.
(La
Literatura empieza a crecer en el momento en el que la novela se vuelve
vehículo de ideas que pueden ser digeridas por la mayoría de la población;
estas ideas se difunden y son más accesibles pues ya se escriben en lenguas
vulgares.)
Y,
finalmente, llegamos a la figura que tomamos como punto de partida: el Papa.
Los padres de la Iglesia han sido figuras que siempre están en el ojo del
huracán porque precisamente en ellos
recae la responsabilidad de mediar entre Dios y el hombre. El Pontífice, como
su raíz etimológica lo indica, es el puente entre el plano divino y el humano;
el pontífice es quien trata de interpretar las Sagradas Escrituras de tal
manera que todos los creyentes puedan acercarse a los misterios de la fe.
(Y aquí es
donde dejo a un lado las analogías y comienzo a precisar. Confirmo las
correspondencias que traté de utilizar para llegar hasta aquí: la
poesía-profecía; el cuento-hereje –en cuanto a patraña se refiere–; la
novela-orden mendicante –en términos de difusión de ideas a través de historias
ficticias–; y la de Literatura como religión. Coloco de esta manera la
correspondencia del ensayo con el pontífice pues creo que ambos deben, de una
manera prometeica, acercar el conocimiento “elitista” en las mentes de los
demás que de otra manera no pudieran acceder a ello; se trata de una reflexión
sobre el papel del ensayo como mediador entre la Literatura y los lectores,
como la Iglesia católica y sus seguidores: ¿realmente el Papa es el nexo entre
lo literario y lo terrenal, o es que el lector ha tenido que aproximarse a la
Literatura de otra forma?)
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