Música

domingo, 10 de junio de 2012

COLIBRÍ AZULADO (REVISADO)

Siempre ha sido pequeño
como un puño de tierra en la mano,
como el inefable portavoz que anuncia la esperanza
aun muerta/ aún muerta
vuela desde su nido hasta el árbol de mis pensamientos
y antes de posar en sus ramas, prefiere escapar
ayudada por el peso ingrávido de sus alas en el aire de vidrio;
sube por el cielo veleidoso que no es azul
hasta que lo mancha de sangre que salpica con su aleteo,
respetando las nubes de un invierno paquidérmicamente imposible.

Retoma el vuelo empecinado en olvidar la delectación
con que mis ramas, mis hojas/ las más verdes/ le acunaron
mientras sus alas de deseo consiguieron madurar.

Pero olvida su sombra bailarina que permanece muda
ante su cambio furtivo de destino. No la escucha.
No está hablando. Siempre cerca de mi proba raíz,
anclada está por miedo de que el vidrio del aire se rompa.
Quieta, mantiene la esperanza de que decida reivindicar y volver
a ella/ a ti, a tu nombre/ y a mí, a mi sombra raída y fragmentaria.

Hesitación.

Un aleteo aun más lento que el aleteo de las horas
en una fotografía estéril te aguarda, colibrí azulado.
Te aguarda para que lo habites y no estés obligado a pasar el tiempo volando
hacia atrás.

Invitación a quedarte y preservar el filo azul de tu cuerpo
inalterable, bañado de esplendentes gotas de silencio.
Soy la promesa del flamboyán inane que en sueños siempre viste,
en que en sueños siempre te viste, que en tus sueños siempre te desviste.

Pero tu atavío de orgulloso azul lo posterga hasta el incólume fin de los tiempos.

Trepana las ramas de mi pensamiento. Obnubila la lucidez
de mi glauca fruición, fruición desdeñada por el arrogante abismo que se abre ante su sombra.

Una vez más te desangras en el vuelo; conoces la razón azulosa del ocaso
cada segundo más sombrío: tu sangre. Te deshaces.
Vuelas para no ser lo mismo: empequeñeces como un puño de tierra en la mano abierta,
como el inefable portavoz anunciando que la esperanza murió.

Y te alejas del invierno perenne de mis hojas,
escapando en busca de la sempiterna primavera.


30 diciembre 2011

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