Música

domingo, 23 de octubre de 2011

DELIRIO APORÉTICO

Algo trata de desprenderse de mi corazón, lo siento despegarse poco a poco. Llega un punto en el que ese amor que habitaba en mi alma logra desprenderse de mí y sale dolorosamente a través de mis ojos. 
Este amor líquido que se escapa de mis manos, que no puedo retener y me oprime el corazón. Su esencia también escapa, se lleva al aire todos mis recuerdos  hasta que los convierte en polvo, ese polvo místico capaz de hacer renacer el amor: la ceniza. 
Se fue, no vi cuando se fue; sólo empecé a sentir su ausencia cuando intentaba dormir y la forma de ese nuevo vacío me hizo despertar. El sentimiento se evaporó; seguía siendo amor, pero evaporado, no sólido ni líquido: gaseoso; como todo gas ideal tiende a expandirse, tiende al desorden. Entropía. 
Y el palpitar de este corazón enjugó sus penas en el río de lágrimas donde desbordó el amor líquido que se había derretido, que parecía sólido allí dentro, dentro de la máquina yerta que hace ruido.  

13 marzo 2011

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